julio 23, 2011

The best damn thing...

En una palabra, perfecta. En dos, lo mejor. En tres, una hermosa voz. Y podría seguir, fue simplemente lo máximo, me acompaña desde hace mucho, crecí con sus canciones, a veces de cerca y a veces de más lejos, crecí sintiéndola un poco mía, por eso me daban rabia todas las pendejas que andaban ahí ayer, pero, ¿quién soy yo para decidir quien escucha a quien?.
Smile, Avril Lavigne
Música, the best damn thing, odio y amo eso de la música, eso que tiene, esa capacidad de ser perfecta en todo momento, de darte más energía cuando te ries, y ser como un dolor más cuando estás sufriendo, esa capacidad que tienen las canciones de entrar en tu vida, eso de poder hacer tuyo cada verso, cada estrofa, eso de adueñarte del coro, cantar, bailar, solo escuchar, pensar, meditar, solo dejarla sonar. Música...
Ayer, escuchándola, casi llorando por sentir tan mías las canciones que son de ella, para la industria, para ganar plata, ¿a quién diablos le importa que la mina sea vendida y haya dejado un poco su rudeza si aún así puede llegar con su voz y su música, con su guitarra y su piano a tu vida y tocar, haciendo pedazos y alegrando a tu corashón?

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